Como un mercenario movido por una
razón crematística, Hal Foster comienza en la historieta dibujando Tarzan.
Pero si Tarzan es una obra pionera
que cambia la deriva del cómic, Príncipe Valiente es una obra de
consagración realizada por un autor que ha trasformado su concepto mercenario y
pecuniario en vocación; una obra de innovación que se acoge a un estilo
pictórico y a una narración basada en la presentación de viñetas secuencia en
los momentos clímax del relato. Su valía se traduce en su vigencia, contándose
por centenares los autores y dibujantes que asumen o adaptan sus influencias.
Es un clásico con todo el prestigio que ello reporta… y además es una obra
maestra.
Este hecho queda patente a todo lo
largo de las 64 páginas, en blanco y negro y en color, de este libro de Eduardo
Martínez-Pinna, que se quiso ilustrado fundamentalmente con imágenes
reproducidas directamente y al tamaño exacto de los dibujos originales, para
dar del transcendente talento de Hal
Foster la imagen lo más perfecta posible.