...o 300 y picos

jueves, 7 de noviembre de 2024

FOSTER ANÓNIMO, PERO FOSTER AL FIN ------ por Antonio J. Iriarte

(Este artículo de Antonio J. Iriarte fue originalmente publicado en el volumen XVII de la edición de Manuel Caldas del Príncipe Valiente. Por su enormísimo interés era obligada su difusión urbi et orbe a través de Internet)

 

   En 1969, como cabe deducir de las dos entrevistas suyas que existen de ese año, Hal Foster aparentemente aún no se había planteado abandonar el dibujo de Prince Valiant, aunque debía de estar empezando a resultarle cada vez más difícil mantener el ritmo. Por lo menos, no hizo mención pública de estar contemplando su retiro en ninguna de esas charlas, aunque sí reconoció que las 53 horas de trabajo que le exigía sólo el dibujo de cada página le costaban cada vez más esfuerzo, y que se había vuelto más lento[1]. Por supuesto, hacía tiempo que tenía asistentes para descargarle de ciertas tareas, como siempre admitió.

El año anterior, probablemente por mediación de Sylvan Byck, editor en jefe de la King Features Syndicate, había contratado a Wayne Boring, más recordado por su trabajo en Superman, para ayudarle en los decorados de la serie, en sustitución de Philip “Tex” Blaisdelly Lee Marrs[2]. Ese mismo año 1968, John Cullen Murphy, que se convertiría en su sucesor, se le había brindado como asistente, aunque Foster declinó el ofrecimiento. Probablemente haya que fechar también hacia esta época, 1968 o 1969, el envío de bocetos de muestra por Russ Manning, seguramente también a iniciativa o por mediación de Sylvan Byck. En resumidas cuentas, Foster debía de ser consciente, cumplidos los setenta y seis años en agosto de 1968, y empezando a resentirse cada vez más de los achaques y problemas de salud relacionados con la edad, en particular la artritis, que pronto no le quedaría más remedio que empezar a organizar su retiro[3].

Todo esto es bien sabido, y el lector que precise más detalles podrá encontrarlos en el magnífico Foster y Val de Manuel Caldas y otros estudios[4]. Sea como fuere, el dibujo de Prince Valiant en1969 es todo de mano de Foster, asistido por Boring en los decorados y con Hugh Donnel a cargo del color[5]. El año 1970, no obstante, es otra historia. Este es el año en que Foster decidió organizar su traslado de Connecticut al clima más soleado de Florida y a una casa de menores dimensiones y de mantenimiento más fácil, y procedió a buscar un artista que pudiera hacerse cargo de la tira a su debido tiempo. Es curioso que, pese a estar todo esto razonablemente bien documentado y casi en tiempo real, haya surgido con los años toda una serie de fábulas al respecto. Es sorprendente que hayan podido correr ríos de tinta sobre la autoría de las páginas sin firmar que empezaron a aparecer en Prince Valiant a partir de la número 1757, de 11 de octubre de 1970. 

Como ya habrán podido comprobar los lectores de este volumen, sobre todo aquellos para los que sea del todo nueva esta historia, a partir de la página 1756, de 4 de octubre, la firma de Foster ya sólo aparece de forma intermitente, y en un total de cinco páginas más este año: las numeradas 1758, 1759, 1761, 1763 

y la última, la 1768, el 27 de diciembre. 

En 1971 prosigue la misma dinámica, con tan sólo otras tres páginas firmadas, 1773, 1776 


 y 1788, la famosa plancha final de Foster. 

Para cuando se publicó, el 16 de mayo de 1971, ya llevaba meses instalado en Spring Hill, Florida, con su mujer.

 En su momento se supo, y está bien documentado en diversas entrevistas, que Foster probó a tres dibujantes, encargándoles la realización de una página a cada uno a partir de su guion y boceto. Dado que Foster siempre trabajó con un mínimo de nueve semanas de anticipación sobre la fecha de publicación (que podían llegar hasta las doce o trece cuando quería disfrutar de unas vacaciones), la fecha de publicación de esas páginas y otras pruebas indican que este proceso de selección tuvo lugar durante el verano de 1970. Los candidatos fueron Dwight Graydon “Gray” Morrow (autor de la página 1757, la primera sin firma), 

John Cullen Murphy (1760) 

y Wally Wood (1762), 

cuyas páginas, realizadas por supuesto a partir del guion y boceto de Foster, verían la luz en octubre y noviembre de ese año. Foster conocía de antes la obra de los tres candidatos, había debido de darle muchas vueltas al asunto y le bastó con esa única página para elegir. Eso sí, para sorpresa y desencanto de sus fans entonces y, a lo largo de los años, hasta hoy mismo, se decidió por Murphy, cuyas páginas, fácilmente reconocibles, empezaron a alternar con otras de grafismo harto más sutil y, sobre todo, netamente más fosteriano, todas ellas sin firmar, hasta la página final firmada por Foster, la 1788. Dado que esta se publicó en mayo de 1971, como se ha dicho, Foster había tenido que realizarla como mínimo tres meses antes, y probablemente hacia finales de 1970.

Así pues, a lo largo de casi nueve meses, los lectores de la tira tuvieron ocasión de contemplar una serie de páginas que claramente no eran obra de Foster, alternando con unas pocas suyas firmadas y otras de grafismo muy cercano al suyo, pero sin firma. No todas están igual de conseguidas, pero son en todo caso infinitamente superiores a las de Murphy, cuyo estilo suelto, enérgico pero tosco, es muy sencillo de reconocer hasta por el aficionado más despistado.

Ahora bien, en 1992, cuando Goldberg y Horak publicaron la edición original de A Prince Valiant Companion[6], dieron nacimiento, probablemente de buena fe, a la leyenda del “artista desconocido”. En el Apéndice 2 de la obra, titulado “La transición de artistas 1970-71”, si bien asignaron correctamente a Morrow, Murphy y Wood la autoría de sus páginas de prueba, atribuyeron a un mismo artista “desconocido” las páginas sin firmar 1765, 1767 y 1770, 



contradiciendo así la afirmación del propio Foster de sólo haber probado a tres dibujantes. En realidad, con que se hubiesen fijado bien en el estilo de las páginas y hubiesen leído con atención las declaraciones contemporáneas de los involucrados en el proceso (por otra parte, debidamente referenciadas en su bibliografía), habrían evitado ese error, que sólo ha servido para dar pábulo a la fabulación aún más disparatada en la que está inmerso Brian M. Kane desde hace una década larga.

Bien es cierto que no sólo él ha propagado este rumor sin fundamento. Antes, en el vol. 39, correspondiente a 1970, de la primera (y horrenda) edición de Prince Valiant publicada por Fantagraphics en los años noventa, una nota de los editores en la última página señalaba la llegada de Murphy, identificaba correctamente las dos páginas de Morrow y Wood y las seis de Murphy del año y remataba con la siguiente declaración: “Es más, el experto en Prince Valiant Rick Norwood (…) afirma que las páginas 1765, 1767 y 1770 no son en realidad ni de Foster ni de ninguno de los caballeros antedichos, sino de mano desconocida”[7]. Lo cual puede que tampoco sea muy de extrañar, pues era la editorial de Norwood la que había publicado el trabajo de Goldberg y Horak. Por lo menos no le atribuía más páginas a Morrow.

En 2009, cuando Kane se ocupó de preparar la reedición actualizada de este seminal trabajo de Goldberg y Horak, como The Definitive Prince Valiant Companion[8], ya le atribuía de forma peregrina a Gray Morrow una segunda página de las de autoría “desconocida”, la 1765, que en la línea anterior le había asignado a Murphy[9]. Además de contradecirse a sí mismo, desmentía sin fundamento alguno, como veremos enseguida, la afirmación del propio Morrow de no haber dibujado más que una página para Foster. El libro de marras estaba tan mal editado, por otra parte, que Kane se contradecía nuevamente más adelante, al asignarle a Morrow ya no dos, sino hasta CUATRO páginas de prueba, nada menos, al añadirle a la 1757, que sí sabemos que hizo, las numeradas 1765, 1767 y 1770. 

La única “prueba” que alegaba Kane, aparte de su autoproclamado conocimiento de la obra de Foster, era que, casi cuarenta años después de los hechos, la viuda de Morrow, Pocho, le había reconocido la autoría de su marido a la vista de las páginas[10]. Es un argumento difícilmente aceptable, la verdad…Con el paso de los años, Kane ha ido mostrándose cada vez más tajante en sus juicios y, por desgracia, en la integral de Prince Valiant de Fantagraphics Books aún en curso, llamada a convertirse por la fuerza de las cosas en la edición canónica de la obra en versión original, en la nota final al volumen 17 (1969-1970) reincide en la atribución a Morrow de las tres páginas mencionadas y de todas las restantes sin firmar a Murphy.

El problema, al margen de la poca solidez del testimonio de la viuda de Morrow, tantos años después de los hechos, es que el propio artista había contado en su día de forma inequívoca haber realizado una única página de prueba. En una entrevista, concedida por escrito a Bill G. Wilson en otoño de 1972, cuando por fuerza tenía que recordar perfectamente los detalles, Morrow precisó: “La página de prueba de Prince Valiant la hice cuando Hal Foster decidió retirarse parcialmente. La hice en agosto, y se publicó en octubre o noviembre de 1971 [sic]. Fue una prueba realizada cuando Foster nos entrevistó a mí y a otros dos (Wallace Wood y John Cullen Murphy) para ver quién tomaba su relevo… Huelga contar el final”[11].

Brian Kane, cuyos méritos en la defensa y divulgación de la obra de Foster nadie osaría discutir, no resulta, por más que se empeñe, nada convincente como crítico de arte o identificador de grafismos. Por mucho que diga que el supuesto “artista desconocido” es Morrow unas veces y Murphy otras, sin aportar una sola prueba, al lector familiarizado con la serie no se lo va a parecer, como se ha visto en años recientes en diversos foros de Internet. A los ojos de un simple aficionado, sin pretensiones de ser Beccatini, las páginas sin firma parecen de Foster o de un excelente imitador del canadiense. La pregunta que se impone en tal caso es: ¿por qué no sustituyó este imitador tan dotado a Foster, en vez de Murphy? Añadamos, para rematar, que ya en 2003, cuando Kane tuvo ocasión de preguntarle a Murphy si eran suyas las páginas de supuesto autor desconocido que luego le asignaría a Morrow (1765, 1767 y 1770), éste le respondió categórico: “No, yo no las hice. Parecen de Hal, sin embargo”[12].

Basta con acudir a la documentación disponible, y conocida desde hace años, para desmontar primero, si es que aún hiciera falta, el mito del dibujante desconocido creado por Goldberg y Horak y, después, para identificar al autor de las páginas misteriosas.  Foster sólo probó a tres dibujantes, porque así lo afirmó él mismo en su momento, y reiteró, con años de diferencia, en diversas ocasiones más. ¿Y qué interés podía tener en mentir el creador de Prince Valiant? Repasemos las pruebas someramente.

En otoño de 1971, James Van Hise entrevistó a un Foster recién retirado en Florida. La entrevista la revisó y aprobó el propio Foster antes de su publicación y en ella no se habla más que de sendas página de prueba a cargo de Morrow, Murphy y Wood[13]. Tres años más tarde, en marzo de 1974, Bill Crouch, Jr. entrevistó a su vez a Foster. Es una entrevista imprescindible, muy citada[14], y en ella Foster dice textualmente: “probé a uno o dos dibujantes antes de decidirme por Jack Murphy”[15]. Años después, el 6 de octubre de 1979, Arn Saba realizó la que sería la última entrevista a Foster, que vería la luz sólo después de su muerte. Cansado y ciertamente con problemas puntuales de memoria, pero con el apoyo de una siempre lúcida Helen a su lado, Foster ratificó una vez más que sólo probó a Wood, Morrow y Murphy antes de elegir a este último como sustituto[16].

Está claro que sólo hubo tres candidatos. ¿Y qué hay entonces de las páginas sin firmar que no se le pueden atribuir, pues, ni a Wood ni a Morrow, por mal que le pese al señor Kane, y que supuestamente no son de Foster, al no estar firmadas? ¿Si no hay artista desconocido, de quién son? Pues son, sencillamente, del propio Foster, como siempre ha sostenido Manuel Caldas. De un Foster cada vez más limitado por la artritis, y con alguna asistencia. Y la explicación estaba, también esta vez, al alcance de cualquiera interesado en la entrevista que Crouch le hizo a Foster en 1974, y en otra posterior que le hizo a Murphy ese mismo año.

En la entrevista de Crouch, tras contar cómo se decidió por Murphy, Foster añade: “Durante cosa de un año, Jack hizo decorados y luego le dejé empezar a abocetar los personajes principales”[17]. Cuando ese mismo año, en verano, Crouch entrevistó a Murphy, este le explicó a su vez: “Más tarde, en 1970, [Foster] hizo que otros dos artistas y yo trabajáramos en la tira. Trabajamos estrechamente juntos; yo hacía una página y luego él hacía otra. La primera página de Prince Valiant que dibujé fue la 1760. Cuando hube hecho cuatro o cinco páginas, me dio la alegría de decirme que sería yo el que continuara la serie”[18].

Esta fase inicial de la colaboración de Foster y Murphy tuvo lugar en Connecticut, como es lógico. En 1970, los Foster seguían viviendo en Redding, y Murphy vivía bastante cerca en el mismo estado, en Cos Cob, a menos de cincuenta kilómetros. La colaboración puramente epistolar de Foster y Murphy corresponde, como es lógico, a los años posteriores. Teniendo todo esto presente, volvamos ahora a mirar las páginas sin firma del tercer trimestre de 1970 y del primer semestre de 1971.

Las que son de Murphy saltan a la vista: su trazo es inconfundible. No puede caber duda de que las páginas numeradas 1760, 1764, 1766, 1769, 1771, 1772, 1774, 1775, 1778, 1779 y 1781 a 1787 son de su mano. Las páginas misteriosas parecen todas de Foster, y es que lo son. Esa ha sido siempre la opinión de Manuel Caldas, el mayor conocedor de la obra de Foster que existe en el mundo.

Pero es que, además, si se las examina de cerca, se advierte que las declaraciones de Foster y Murphy a Crouch se ven sustentadas por las propias páginas “anónimas”. Que cada lector se convenza por sí mismo, pero he aquí algunos ejemplos. La página 1769 

es de Murphy, y no de las mejores suyas. Compárese el castillo de la primera viñeta con su representación por Foster (probablemente asistido por Boring) en la séptima viñeta de la página 1770. En esta plancha, con el burdo truco del pergamino con texto de la segunda viñeta, Foster se ahorró un dibujo (y trabajo), pero el resto del grafismo es convincente y muy suyo. En la página 1771, 

claramente de Murphy, la segunda viñeta es de Foster, tomada de la página 1765; Murphy nunca pudo dibujar así a Val. Si la página 1776 está firmada y no admite reparos, no ocurre lo mismo con la 1777, que es puro Foster, no obstante; basta con compararla con la muy endeble página 1778, 
tosco Murphy a su vez. El discípulo de Merlín, Lionors, tal como lo representa Murphy, parece otra persona (y mejor no hablar de la horrenda galería de retratos de la cuarta viñeta y del Val de la quinta).

Hay otras páginas atribuibles a Murphy, en general flojas como casi todas las suyas, en las que se pueden distinguir intervenciones puntuales de Foster, normalmente para retratar a los protagonistas. Véase, por ejemplo, la página 1781, 

en la que el Val de la cuarta viñeta tiene que ser de Foster, como los que aparecen en la tercera viñeta de la página 1782 
y en el primer plano de la quinta (donde el fondo, horrendo, es claramente de Murphy). Es posible asimismo que en las páginas “anónimas” de Foster haya también intervenciones de Murphy, menos escandalosas, y que un ojo más hábil que el mío sabrá distinguir sin vacilar.

A partir de la página 1789, publicada el 23 de mayo de 1971, es difícil encontrar un solo dibujo satisfactorio. Sabemos que Foster está detrás de esas páginas, y de todas las que siguieron hasta 1980, porque siguió escribiendo la tira y planificando y bocetando las planchas, pero el grafismo de Murphy lo aplana todo. Cuando ve uno viñetas panorámicas de Murphy como la tercera de la página 1791, de 6 de junio de 1971, 

 

no cabe sino pensar en cómo sería el boceto de Foster tan pedestremente interpretado por su sucesor.

Pero esta ya es otra historia. Fantagraphics tiene, al parecer, el proyecto de recopilar en un par de tomos todos los bocetos a lápiz de Foster para Murphy que se conservan y con esa ilusión deberemos consolarnos. Mientras tanto, aunque el año y medio final de Prince Valiant con dibujo de Foster no está a la altura del resto de su obra, no deja de ofrecer ocasionales destellos gráficos y momentos agradables. Al fin, y al cabo, grafismo aparte, los primeros cuatro o cinco años de Murphy se dejan leer por los guiones de Foster. Consolémonos pensando que aún queda historia por delante.

Antonio J. Iriarte

 Notas


[1] Véase Fred Schreiber, “The Hal Foster Interview”, realizada en 1969, pero publicada por primera vez sólo quince años después en NEMO: The Classics Comics Library, n.º 9, octubre de 1984, y reeditada en el primer volumen de la edición de Prince Valiant de Fantagraphics Books; Gil Kane, “The Majesty of Prince Valiant”, en Gary Groth (ed.), Sparring with Gil Kane. Debating the History and Aesthetics of Comics (Fantagraphics Books, Seattle, 2018), págs. 116-129. Esta entrevista tuvo lugar el 5 de julio de 1969 durante la Comic Art Convention de Nueva York, en la que Foster fue invitado de honor, y publicada por primera vez en el programa de la siguiente edición de la convención, en 1970, editada por John Benson.

[2]Según Holtz, que sigue las conclusiones del renombrado experto en identificación de ghost artists en las tiras americanas, Alberto Beccatini, Blaisdell asistió a Foster haciendo decorados y algunos entintados entre 1962 y 1968; en 1967-68, contó con la colaboración de su joven ayudante Lee Marrs. Véase la entrada “5135. Prince Valiant” en Allan Holtz, American Newspaper Comics. An Encyclopedic Reference Guide, The University of Michigan Press, Ann Arbor, 2018, pág. 321. Hay consenso generalizado entre los especialistas.

[3]“En realidad no me he retirado. Sencillamente he tenido que hacerle algunas concesiones a la edad”, según explicó en marzo de 1974 en la imprescindible entrevista de Bill Crouch, Jr. Véase Cartoonist ProFiles, n.º 22, junio de 1974, págs. 44-53. La cita está en la pág. 46.

[4]Manuel Caldas, Foster y Val. Los trabajos y los días del creador de “Prince Valiant”, Dolmen, Madrid, 2007. Véase asimismo Brian M. Kane, Hal Foster, Prince of Illustrators, Father of the Adventure Strip, Vanguard Productions, New Jersey, 2001.

[5]Si bien este último falleció en septiembre y, a partir de esa fecha, Foster se ocupó personalmente del color con Boring, que seguía trabajando para él, como queda claro por una carta de Foster a Sven H. G. Lägerstrom de 9 de enero de 1970, citada en Brian M. Kane (ed.), The Definitive Prince Valiant Companion, pág. 72: “Siento decir que mi colorista, el señor Donnel, falleció el pasado septiembre. Estoy haciendo yo los colores con ayuda de mi asistente para los decorados (…) un tipo llamado Wayne Boring”. Según Holtz (op. cit.), Boring trabajó para Foster hasta 1971; es decir, hasta que toma el relevo Murphy.

[6] Todd Goldberg y Carl Horak, A Prince Valiant Companion, Manuscript Press, Mountain Home, 1992.

[7]Prince Valiant, Vol. 39: Knight’s Blood, Fantagraphics Books, Seattle, 2000.

[8] Brian M. Kane (comp.), The Definitive Prince Valiant Companion (en lo sucesivo, DPVC), Fantagraphics Books, Seattle, 2009.

[9] Véase DPVC, pág. 44, primera columna.

[10] Que antes le había atribuido también a Murphy. Véase DPVC, pág. 69, segunda columna, “Transition of Artists”, y compárese con DPVC, pág. 44, primera columna.

[11]Bill G. Harris, “An Interview with Gray Morrow”, en The Collector, n. º 27, invierno de 1973.

[12] Véase la entrevista de Kane a Murphy en DPVC, págs. 131-142.

[13]James Van Hise, “An Interview with Hal Foster”, aparecida originalmente en College n.º 10, en diciembre de 1971, y reeditada íntegra en The Rocket’s Blast and the Comic Collector, n.º 3, verano de 2002, págs. 45-53. Una carta de Foster a James Van Hise de 9 de octubre de 1970, vendida en eBay en 2019, reza textualmente: “Querido James: He recibido su carta del día 4 y me gustaría ver una copia de la entrevista conmigo antes de aprobar su publicación. Sinceramente suyo, Hal Foster”. El contenido del texto está avalado por Foster, por tanto, y sólo se habla de Wood y Morrow, aparte de Murphy.

[14]Y hasta se ha traducido en España (en CHT. Cómics/Historieta/Tebeos, número extra, 2010, como “¡Muchacho, eras bueno por aquel entonces!”, págs. 54-59), si bien sin las preguntas de Crouch, sustituidas por otras más o menos pertinentes, y con algún corte.

[15]Cartoonist ProFiles, n.º 22, junio de 1974, págs. 44-53. La cita está en la pág. 46.

[16]Arn Saba, “Drawing Upon History”, The Comics Journal, n.º 102, septiembre de 1985, transcrita en su integridad en DPVC, págs. 103-129.

[17]Cartoonist ProFiles, n.º22, pág. 46. Por “cosa de un año” puede entenderse sin problemas unos seis meses, diría yo, que es la duración más probable del proceso descrito.

[18]Cartoonist ProFiles, n.º 24, diciembre de 1974, págs. 36-42. La cita está tomada de la pág. 38.


jueves, 6 de junio de 2024

"DICKIE DARE" Y "CASEY RUGGLES" 5 -- YA SE PUEDEN PEDIR

   Ya se pueden pedir las nuevas ediciones de Manuel Caldas: "Dickie Dare" y "Casey Ruggles" 5, que comenzarán a ser enviadas la próxima semana pero tardarán unas semanas en llegar a librerías.
   "Dickie Dare" incluye todas las tiras diarias de Milton Caniff (de 1933 y 34, para quien no sepa que se trata de la serie que antecedió "Terry y los Piratas") en 160 páginas, en un volumen de tapa blanda. Precio: 32 euros. En los pedidos directamente al editor, regalo de una cartulina con una tira de la serie reproducida del original y a tamaño real.
   "Casey Ruggles" 5 reúne las planchas dominicales, en color, del 7 de enero al 16 de diciembre de 1951, de la serie de Warren Tuftts, jamás publicada como Dios manda. 64 paginas. 21 euros.
   Los gastos de envío son gratis para España y Portugal. Pagos por Paypal (a familiares y amigos) o transferencia bancaria (IBAN: PT50003506660003845690063 ; BIC/SWIFT: CGDIPTPL), sin olvidar informar al editor a través del e-mail mcaldas59@sapo.pt.
Vuestro
Leónidas


sábado, 25 de mayo de 2024

LA EDICION DEFINITIVA E INTEGRAL, EN ESPAÑOL, DEL “DICKIE DARE” DE MILTON CANIFF


Las tiras del Dickie Dare de Milton Caniff en la edición que se publicará en aproximadamente una semana, están reproducidas de los periódicos que en su época publicaron la serie. Es, así, la primera vez que la obra se publica de forma realmente integral y correcta.

 

Hubo hasta ahora dos tentativas de publicar el primer cómic de Caniff en su integridad: la edición italiana de Editrice Comic Art, de 1985, y la americana de Fantagraphics Books, de 1986. Ambas fallaron, la primera porque dejó dos tiras fuera e ignoró los títulos de todas las otras y la segunda porque usó material al que en algunas viñetas les faltaba un pedazo. Además, aparte de esto, en ambas ediciones el material usado tenía muchos otros defectos menos graves pero que exigían correcciones, y estas no se hicieron con el debido esmero.

El fan de Caniff más atento habrá quedado insatisfecho con tales ediciones y muy probablemente buscó otras que recogían solo partes de la serie: la francesa de Futuropolis (de la que es una traducción la publicada en España en 1989 por Eseuve), que se había publicado en 1983, por tanto antes de aquellas dos; el número 3 de la revista canadiense Classic Adventure Press, publicada por Dragon Lady Press en 1985; y el número 15 de la americana Nemo, publicada casi en simultaneo con la anterior por Fantagraphics Books. Pero que frustración: ¡también en estas había el mismo tipo de defectos de las otras (de todo se muestran ejemplos aquí)!





Y así quedó la cosa por cuatro décadas.

Afortunadamente, mientras tanto, se tornó posible el acceso a archivos de antiguos periódicos y es de ellos que resultó, después de mucho trabajo, naturalmente, la edición que no se pueden perder y que aquí se anunciará definitivamente.

Vuestr

SOBRE LOS COLORES Y LA RESTAURACIÓN DE “CASEY RUGGLES”

 

El color de las planchas dominicales de “Casey Ruggles” se hacía usando los tres colores primarios – el azul, el rojo y el amarillo – en apenas 3 porcentajes: el 25, el 50 y el 100. Como se puede ver en este detalle muy ampliado,

                        el 25% tenía la forma de puntos, el 50 la de líneas paralelas y el 100 era, obviamente una mancha. Era con esos tres colores y sus tres porcentajes mezclados que se hacían (y se hacen) todos los otros colores. No se empleaban otros porcentajes y la única variante a la que se recurría de vez en cuando era a un degradado en puntos que iba del 25 al 70%. Y nada más.

En los periódicos, las planchas se imprimían pocas veces muy bien y con frecuencia muy mal, pudiendo, por ejemplo, un azul 100% parecer un 25% sin puntos, y un amarillo 25% ser casi invisible. Por tanto, una restauración que ignora los principios arriba explicados nunca puede ser muy rigurosa. Sin embargo, si uno conoce dichos principios y consigue leer en la página de periódico los colores con sus porcentajes, el color restaurado es prácticamente igual al de impresión hecha con las placas de impresión de su época. ¡Una restauración casi matemática!

Pero ni todo son rosas. Cuando los tres colores primarios se sobreponen para crear el marrón, puede que la mezcla sea confusa y no se vea con clareza de cuanto es el porcentaje de cada uno, principalmente del amarillo, por ser muy claro. Esto se torna aun peor si no se tiene más que un ejemplar de la página de periódico, para poder comparar e conseguir ver en uno lo que no ve en el otro.

Pero con restauradores experimentados, laboriosos y de gran sensibilidad, la perfección del trabajo llega por lo menos a los 99%. Y la del volumen 4 de “Casey Ruggles” (publicado el año pasado), respectando inclusive el tamaño de la trama de colores, es una restauración como NUNCA se hizo con ningún otro comic. Y con el volumen 5, que se publicará en aproximadamente una semana, pasa lo mismo.

¡No se pierdan el 5, después de que aquí se anuncie definitivamente!

Vuestro, Leónidas